Deriva de dos vocablos griegos: xeno (que puede traducirse como “extraño”) y bio (vinculado a la “vida”). El concepto, de este modo, alude a aquellos compuestos que disponen de una estructura química que no existe en la naturaleza, sino que ha sido desarrollada por el hombre en un laboratorio. Suelen ser contaminantes ambientales y generalmente ejercen algún tipo de efecto sobre los seres vivos.
Algunos de los xenobióticos más frecuentes son:
- Pesticidas
- Los contaminantes del aíre.
- Metales pesados.
- Los plásticos.
- Medicamentos.
- Los aditivos en los alimentos.
- Productos de cuidado personal
- Alimentos procesados.
- Alimentos sobre-cocidos o quemados (Las altas temperaturas convierten el nitrógeno que contienen las carnes y cereales en toxinas mutagénicas, como el benzopireno, dentro del grupo de hidrocarburos policiclicos aromáticos.)
Para eliminar los xenobióticos nuestro organismo ha de procesarlos metabólicamente o transformarlos mediante un proceso de desintoxicación. Toda una cadena de reacciones químicas o enzimáticas que buscan neutralizar estas toxinas y que puedan ser eliminadas por órganos como hígado, riñones, piel, pulmones, colon.
En muchas ocasiones, nuestro organismo se encuentra completamente saturado de estas sustancias de desecho y necesita de un proceso de limpieza que facilite la detoxificación. A través, de alternativas completamente naturales se pueden estimular los órganos y recuperar el equilibrio perdido.
En Biorganic, contamos con amplias terapias de desintoxicación que puede ayudarte a recupera tu salud y limpiar tu cuerpo.
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